Para cuidar el medioambiente: cómo evitar tirar comida a la basura

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El planeta Tierra es cada vez más exigido por la industria alimenticia para satisfacer las necesidades de una población que no para de crecer. Pero lamentablemente, eso no significa que todas las personas que habitan el planeta puedan comer todos los días. Para peor, se lanzan a la basura millones de toneladas de comida al año por una mala planificación de las personas a la hora de comprar sus alimentos. Esta triste realidad nos debe generar un doble dolor: no poder satisfacer el hambre de una parte de nuestros congéneres y desperdicios los recursos que la naturaleza nos regala.

Cambiar esta realidad debe ser uno de los objetivos más importante de la humanidad en los próximos años, ya que exprimir a la tierra para luego desperdiciar sus alimentos es un error que pagarán muy caro las próximas generaciones.

Ser inteligentes en el mercado

Aunque los distintos gobiernos no implementen políticas públicas que favorezcan el cuidado de los recursos y el medioambiente, cada uno de nosotros podemos realizar pequeñas acciones individuales que produzcan un cambio favorable hacia la Tierra, y así poner nuestro granito de arena para convertir al planeta en un lugar un poco más amigable para todos.

Una de las claves para evitar el innecesario desperdicio de comida, y que todos podemos hacer en nuestras casas, es planificar de manera inteligente nuestras compras.

La recomendación es tomarse unos minutos para observar bien lo que tengamos en nuestra casa, pensar que es lo que vamos a cocinar en los próximos días y ajustar la lista de compras al menú que vayamos a llevar adelante.

Llegar al mercado con una lista bien planificada evitará que comencemos a pasearnos por los pasillos de la tienda buscando artículos que no necesitaremos y comenzarán a acumularse los estantes de nuestra cocina.

Otro secreto hacer nuestras compras luego de comer. Cuando uno llega al mercado con hambre, todos los alimentos nos parecerán muy apetecibles, y cometeremos el error de agregarlos a nuestro bolso sin pensar realmente si nos conviene comprarlos. Con la panza vacía, el cerebro no planifica bien. Y luego tendremos en nuestro refrigerados una gran cantidad de comida que comenzará a descomponerse porque no llegamos a utilizarla antes de su caducidad.

¿Cómo puedo planificar la compra?

El hábito de planificar nuestra compra empieza con un simple ejercicio: anotar en un papel a lo largo de la semana todas aquellas cosas que se nos han ido terminando. También tenemos que agregar al listado los alimentos que tenemos previsto utilizar para la semana siguiente y de las cuales no tengamos en nuestro hogar.

Revisar todas las alacenas. No tenemos que confiar en nuestra memoria. Muchas veces pensamos que no tenemos ciertas frutas o verduras, vamos a la tienda y las compramos. Cuando regresamos a nuestro hogar, abrimos la puerta de la alacena y donde íbamos a guardar un kilo de patatas encontramos que ya teníamos otro puñado. Lo más probable es que, entonces, las patatas terminen pudriéndose.

Por eso, ver lo que tenemos en casa es muy importante antes de ir a comprar. Además, si sabemos qué cosas tenemos en casa, podremos planificar mucho mejor las comidas de la semana y detectar qué nos hace falta para anotarlo en la lista.

Otro punto clave es la nevera, y sobre todo, el congelador. No olvides revisar el congelador para ver qué alimentos tienes y cuáles pueden faltarte según la planificación semanal que hayas hecho.

¿Cómo organizar la lista de la compra?

La mejor manera es agrupar a  los alimentos en tres categorías diferentes, según su forma de conservación: temperatura ambiente, en la nevera o en el congelador.

Cuando estemos recorriendo el supermercado, lo mejor será escoger primero los artículos de limpieza y de perfumería. Luego los alimentos secos y no perecederos (fideos, harinas, aceites, etc). Después los alimentos frescos o perecederos como frutas y verduras y, finalmente, los refrigerados y congelados como lácteos y carnes.

Si seguimos este orden, evitaremos romper la cadena de frío y lograremos que todos los alimentos lleguen a nuestra casa en óptimas condiciones para ser conservados.

Dónde puedo hacer la lista

La manera antigua es colocar un trozo de papel pegado con un imán en la puerta de la nevera. Como este artefacto siempre está en nuestra cocina, cada vez que estemos cocinando y nos demos cuenta que nos hemos quedado sin algún ingrediente o alimento, rápidamente nos daremos vuelta y podremos anotar en nuestra lista de compras que cosa no deberemos olvidarnos la próxima vez que visitemos un mercado.

Ahora, si eres una persona moderna que no se lleva bien con el papel, o que no quiere perder el tiempo buscando un lápiz, la función “Notas” de tu teléfono móvil puede convertirse en tu mejor aliado para anotar tus compras.

Es más ecológico que usar hojas de papel y realmente práctico. Arma la lista en tu casa, donde podrás verificar qué te hace falta y qué no.

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