
Muchos animales, cuando son bebés, aprenden a desarrollar sus institntos y habilidades a través del juego.
Los perros y los gatos pequeños pasan horas jugando con sus hermanos, padres o humanos a correr, perseguirse, cazar y luchar, y de esta forma aprenden a medir sus propias fuerzas y a diferenciar el ocio de la agresividad por supervivencia.
Cualquiera que haya criado a un gatito, sabrá que son auténticos maestros cazadores y cuando están creciendo no paran de practicar con cualquier cosa que tengan a su alcance.
Si hasta ahora creíamos que las cajas eran el jueguete preferido de los gato, hoy hemos descubierto que se puede ir más allá. Regálale un pequeño ring de lucha libre a tus minios y verás imágenes tan graciosas como las de este vídeo.
Fuente: Waggle TV
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