Seis consejos para pasar unas buenas vacaciones en familia

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Las vacaciones son esos días tan deseados para descansar y disfrutar luego de un largo período de trabajo duro. Sin embargo, a veces las vacaciones pueden transformarse en un problema más que en un goce. Sobre todo, si las vacaciones incluyen a nuestra pareja, nuestros hijos, y a la suegra o el yerno. Por eso, aquí te refrescamos cinco consejos claves para pasar unas buenas vacaciones en familia.

Destino correcto

Parece una cuestión sencilla, pero puede ser el primero de los problemas. Elegir correctamente el destino de nuestras vacaciones es una decisión clave, de la cual dependerá el resto de nuestra planificación para pasar unas buenas vacaciones en familia.

¿Playa o montaña? ¿Agua o desierto? Un lugar tranquilo y apacible o una ciudad que ofrezca infinitas opciones para aprovechar nuestros días de vacaciones. Todas esas variantes, y más, se ponen en juego a la hora de elegir a qué lugar del planeta nos iremos de vacaciones.

Para tomar esta decisión, hay que contemplar los deseos de todos los miembros de la familia que van a ser partícipes de las vacaciones. Desde los más pequeñitos hasta los más grandes que vayan a acompañarnos.

Viajar con niños muy pequeños no debería ser un impedimento, por lo que siempre se recomienda optar por destinos que puedan resultarles interesantes a todos y en los que todos se encuentren a gusto.

Elegir las vacaciones juntos

Elegir el destino correcto ayudará a crear un vínculo más fuerte con nuestros hijos y les hará sentirse vinculados y responsables del resultado final del viaje. Además, realizar esa tarea de manera conjunta es una forma de inculcarles cierto control de las situaciones ya desde muy pequeños.

En el caso de que queramos estar en pareja y tener un fin de semana romántico elegir un destino quizás más sugerente, como puede ser un hotel con Jacuzzi en el interior de la habitación con vistas a la playa o alquilar un piso en el que podamos poner nuestras velitas y tener mas intimidad lejos de los más pequeños.

Que no falte el ocio

En las vacaciones, los adultos seguramente querremos disponer de la mayor parte del día para descansar y recuperar energías después de unos largos meses de trabajo. Sin embargo, los niños van a exigir actividades diferentes a las que están acostumbrados a hacer. Que, además, deberán ser entretenidas y excitantes. A la hora de elegir el destino, deberemos tener en cuenta de qué manera podrán aprovechar sus momentos de ocio todos los integrantes de la familia.

Si viajamos con nuestros padres, tampoco podemos perder de vista que ellos necesitarán un ambiente más distendido y relajado para que las vacaciones no se transformes en unos días de pesadillas.

No todos tenemos los mismos gustos, la misma resistencia física y la misma capacidad de atención. Una decisión correcta del destino necesita obligatoriamente de un inteligente análisis previo de las opciones que cada lugar le ofrece a cada miembro de la familia para descansar.

Alimentación

Muchas veces, elegimos destinos lejanos a nuestro hogar, donde los recursos naturales y la cultura local nos invita a probar nuevos alimentos a los que no estamos acostumbrados o, directamente, que jamás hemos saboreado en nuestra vida.

La tentación de probar absolutamente todo es muy grande. En vacaciones, uno está relajado y suele permitirse ciertos banquetes que normalmente no ordenaría en un rutinario día de trabajo en nuestra vida.

Para evitar sorpresas desagradables, es muy importante prestar suma atención a ingredientes y formas de cocción de los platos que ordenamos, para evitar intoxicaciones.

Incluso, estas precauciones pueden otorgarnos una gran oportunidad para mostrarles a los niños lo verdaderamente importante que es una buena alimentación. Además, podremos ampliarles el abanico de opciones cuando se sienten frente a un menú de restaurante. Conocer nuevos productos puede ser una actividad muy divertida. Es verdad que a veces a los niños les cuesta probar cosas nuevas, pero en época de vacaciones ellos también están más receptivos a experiencias diferentes. Es nuestra oportunidad para lograr que ellos coman lo que no quisieron hacer durante el resto del año.

Organización y flexibilidad

Parece una contradicción, pero en realidad la combinación de estas dos palabras nos ayudarán a tener unas buenas vacaciones en familia. Cuantas más personas seamos de viaje, más necesaria será la organización para que todo salga lo más cercano a lo planeado antes de salir de casa.

Es imposible no encontrar contratiempos. Será en ese momento en el que tendremos que mostrar la mayor flexibilidad posible para sortear el inconveniente y retomar la senda del goce que llevaban nuestras vacaciones.

Para lograr esta dinámica familiar, es importante mantener la organización que tenemos grandes y chicos en nuestra vida diario. Tender la cama, lavar la vajilla, ordenar la ropa o los juguetes, dormir en el horario de la siesta o tomar un baño por las noches antes de dormir nos ayudarán a mantener el buen ánimo del grupo. El buen humor es clave para que, ante un imprevisto, la flexibilidad nos ayude a pasar el desafío como una prueba más a superar durante las vacaciones y no como un impedimento para disfrutar nuestros días de descanso.

Nuevas amistades

Las vacaciones son una oportunidad ideal para que los niños entablen nuevas relaciones con otros pequeños.

Otra manera de jugar, otra manera de hablar, otra manera de divertirse, ampliarán el horizonte de nuestros niños cuando se relacionan con niños de familias diferentes a las nuestras y que jamás han visto antes en sus vidas.

Esta posibilidad también rige para los adultos. No será, tal vez, a través de juegos (o sí), pero una conversación amena con un vecino temporal, o incluso con quien se ha sentado sobre la arena a metros de nuestro lugar en playa, es una posibilidad espectacular para aumentar nuestro bagaje cultural y luego aplicarlo de manera positiva en nuestra vida diaria.

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