Cuando llega un nuevo miembro a la familia todos son nervios, pura espectación y máximas ganas de conocerlo.
En el caso de nuestra mascota, no iba a ser menos. Ellos reconocen que el nuevo «ser» es bastante más pequeño que el resto de sus humanos y por ello tendrá que tener más cuidado a la hora de jugar, que es lo que más le gusta en este mundo. Si esa réplica en miniatura de un humano puede darle diversión a su día día será bienvenido a su camada y considerado como «uno más».
El resultado de ello es un perro empeñado en querer darle la pelota a un recién nacido que lo mira con asombro y con una enorme cama entre medias. Esto nos regala una situación bastante hilarante y divertida captada en el siguiente tierno vídeo.
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