Parten las patas a una cría de león para hacerse fotografías con ella

Parten las patas a una cría de león para hacerse fotografías con ella

La crueldad humana puede llegar a alcanzar límites insospechados, y como muestra de ello traemos una noticia horrible aunque con un final feliz, y es que una cría de León de nombre Simba, ha estado sufriendo durante años la tortura de un fotógrafo que le partía las patas para que los turistas se pudiesen fotografiar con ella.

Un fotógrafo partía las patas de la cría de León para utilizarla como peluche

Durante varios años, este animal ha estado sufriendo el maltrato por parte de un fotógrafo cuyo objetivo era el de tenerlo como animal “de peluche” para que los turistas se pudiesen fotografiar con él.

Se trata de un caso extremo de crueldad animal en el que el ejemplar fue separado de su madre con apenas unas semanas de vida, precisamente con el único objetivo de ser explotado económicamente.

Durante todo este tiempo sufrió maltrato y torturas por parte de sus cuidadores, y se sabe que en varias ocasiones llegó a enfermar pero no recibía la atención que necesitaba.

El equipo de rescate localizó al ejemplar en un granero de Daguestán

Los hechos ocurrieron en Daguestán, Rusia, lugar al que se dirigió el equipo de rescate que tenía como objetivo el de localizar al león para acabar con el sufrimiento al que estaba siendo sometido.

No tardaron en encontrarlo en un granero que, según palabras de los rescatadores, era frío y sucio, y debido a los graves daños que el animal presentaba en sus patas y en su columna vertebral, se encontraba en un estado que pronto le llevaría a la muerte.

Fue trasladado de urgencia a un veterinario donde la cría de león fue operada, gracias a lo cual ha podido salvar la vida e incluso ahora vuelve a caminar.

Simba se recupera pero no volverá a ser el mismo

Lamentablemente, las secuelas tanto físicas como psicológicas van a permanecer a su lado a lo largo de toda su vida.

Físicamente decíamos que ha conseguido recuperar buena parte de la movilidad, y gracias a ello está caminando de nuevo pero lo hace con una cierta dificultad y evidentemente nunca volverá a tener la agilidad que habría desarrollado si su vida no hubiese sido de este modo.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta que su confianza hacia el ser humano ha quedado fuertemente dañada, y es que ha crecido junto a torturadores de los cuales tan sólo ha obtenido dolor.

Karen Dallakyan, uno de los rescatadores a los que este león debe su libertad, ha afirmado que esto no es un caso aislado, sino que es muy habitual que fotógrafos sin escrúpulos rompan los huesos a diferentes animales salvajes con el objetivo de evitar que puedan escapar, consiguiendo así tenerlos siempre a mano para que los turistas se puedan fotografiar y, de esta forma, ganar ingentes cantidades de dinero.

Los hechos están siendo investigados, de manera que se intenta esclarecer lo ocurrido y dar con los culpables para que la justicia se encargue de ellos.

De esta manera y a título personal, no sólo queda patente que estos fotógrafos son auténticos monstruos por estos actos, sino que incluso los turistas que participan en este circo de los horrores, son colaboradores y tienen exactamente la misma o más culpa de lo que está sucediendo.

Por ello es importante concienciar al turismo de no alimentar este tipo de prácticas que no sólo afectan a esta cría de león, sino a cientos y cientos de animales todos los años.

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