Sin quererlo ni pretenderlo, esta bonita llama ha sido el causante de un enorme susto en un niño. El pobre chiquillo no ha podido soportar la presión de tratar a alguien demasiado hambriento o goloso cuando tú tienes comida.
A todos nos ha pasado alguna vez. La gran mayoría hemos vivido el acoso de un amigo glotón cuando hemos abierto un paquete de patatas fritas. Eso fue exactamente lo que le pasó a este niño.
Aunque no había peligro alguno, el chiquillo no pudo soportar la presión y el miedo que le producía tener a la llama tan cerca. Fue demasiado y estalló en un llanto desconsolado.
Estos animales pueden ser enormes, además de muy insistentes cuando quieren algo. La actitud del niño es completamente normal, y lo más seguro es que muchos hubiéramos sentido el mismo agobio que él. Eso sí, si no quieres vivir experiencias como estas, mejor no acudir a zoológicos, ¿no creéis?
Fuente: Jason Jensen


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