Los cangrejos mutantes invaden Bélgica

Los cangrejos mutantes invaden Belgica

Su nombre científico es Procambarus virginalis, pero son más conocidos como cangrejos mutantes, una variedad que tienen una capacidad asombrosa de clonarse a sí misma, particularidad que la convierte en una de las especies invasoras más preocupantes y que más daños pueden llegar a causar en el entorno.

Los cangrejos mutantes, una especie que se extiende con gran rapidez

Los cangrejos mutantes tienen su origen en un acuario de Alemania, lugar en el que en los años 90 se comenzó una investigación que implicaba la cría de varios de estos ejemplares.

Se desconoce la razón por la que uno de estos cangrejos consiguió salir de las instalaciones, pero esta circunstancia hizo que comenzase una auténtica pesadilla muy difícil de parar, y de hecho, hasta la fecha, no se ha conseguido dar con la clave para poder exterminar una de las especies invasoras más preocupantes que amenazan al medio natural.

Éstos cangrejos tienen una longitud de apenas 10 cm, y tienen una capacidad asombrosa para poder enterrarse bajo la tierra, pudiendo hacerlo incluso a más de un metro de profundidad.

De esta manera, además de los ejemplares que podemos ver en la superficie, tenemos la total garantía de que bajo la tierra hay muchos otros, quizás algunos de ellos reproduciéndose o, mejor dicho, mutándose a sí mismos, lo que agrava todavía mucho más la situación.

La invasión comienza en Amberes

Si bien es cierto que, desde que el primer ejemplar pisó la calle, las invasiones se han ido extendiendo por diferentes zonas de Alemania y de otros países colindantes, la realidad es que la última y más destacada ha comenzado en Amberes, en Bélgica, concretamente en el cementerio de Schoonselhof, donde millones de estos ejemplares han convertido en el espacio en una superficie roja que pone la piel de gallina, y es que sin duda alguna recuerda a algunas de esas películas de terror que hasta la fecha habían parecido fantasía, pero que no hizo mucha gracia a los familiares que decidieron acudir a las instalaciones.

De hecho, la plaga aumentó de forma exponencial de la noche a la mañana y precisamente alcanzó su punto álgido el día de Todos los Santos, unas fechas en las que muchas familias de Bélgica acudían al cementerio para recordar a sus seres queridos, pero que en esta ocasión se acabó convirtiendo en una experiencia extraña y para nada habitual.

El mayor problema en estos momentos es la preocupación por parte de las autoridades para poder poner freno a la extensión de los cangrejos mutantes, los cuales cada vez se van desplazando a más y más países diferentes, dando lugar a nuevas plagas que se generan casi cada semana y que, de una u otra forma, pueden llegar a destruir gran parte de los hábitats por los que pasa, acabando con la flora y la fauna.

Es por ello que los expertos piden a los diferentes gobiernos afectados por esta situación que pongan sobre la mesa una solución que permita recuperar estos espacios y evitar así que el desastre pueda alcanzar cotas que impidan la vuelta atrás.

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