La triste mirada de una osa que llevaba 30 años esperando ser rescatada

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Los animales son realmente felices cuando están en su hábitat natural, donde pueden ser libres y participar en el ciclo de la naturaleza. Para un animal, estar encerrado en una jaula de pocos metros cuadrados es el peor de los destinos, y para saberlo no hace falta ser un experto, sólo necesitamos mirar a los ojos de quien se encuentra preso.

Nada más ver una imagen de Fifi, una osa proveniente de Siria, nos dimos cuenta de que detrás de su tristeza tenía que haber una historia desgarradora, y tristemente no nos equivocamos.

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Fifi llevaba 30 años esperando que alguien fuera a rescatarla. Durante sus primeros 10 años de vida actuaba en un zoológico de carretera en Pennsylvania. A pesar de que el negocio cerró, su dueño no quiso deshacerse de ella ni de otros tres osos que tenía, así que Fifi quedó encerrada en una jaula en mitad de una atracción abandonada.

Pasó el tiempo, 20 años nada menos, hasta que el dueño de Fifi decidió llamar a una organización llamada PETA, para que se hicieran cargo del animal. Lo que se encontraron los voluntarios fue desgarrador.

Fifi no sólo tenía una mirada triste, sino que además tenía una delgadez extrema, su pelaje era irregular y colgaba en exceso, y sus ojos hundidos estaban constantemente perdidos.

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Cuando intentaba moverse, lo hacía con dolor. Los rescatadores descubrieron que tenía artritis severa en las patas traseras de la cuál nunca había sido tratada.

Quizás aún peor es que a Fifi nunca se le había permitido hibernar, algo que es muy importante y saludable para los osos.

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"Los cuatro osos tenían pequeñas cajas de madera podrida sobre las que podían sentarse pero que, sin embargo, no eran lo suficientemente grandes como para recostarse por completo. Tampoco tenían ningún refugio que les permitiera refugiarse del frío y la nieve por completo". Comentó Wild Animal Sanctuary en Facebook, añadiendo: "El dueño pensaba que los osos no debían hibernar así que los mantuvo despiertos todos los inviernos desde hace décadas (algo que es verdaderamente perjudicial para los osos)".

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El equipo de rescate trasladó a Fifi a la reserva que tiene la asociación Wild Animal Sactuary en Colorado, donde comenzó a recibir una dieta saludable y el tratamiento pertinente para su enfermedad.

Mientras se recuperaba, Fifi tenía espacio para correr, se familiarizó con el agua y con la hierba. A los pocos meses parecía una osa nueva, la libertad controlada le había hecho recuperarse rápidamente.

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En una foto tomada en diciembre, 6 meses después de su rescate, se ve a una Fifi que había recuperado su peso ideal y cuya mirada triste y perdida, se había desvanecido.

Aprendió a hibernar, y pasó el invierno durmiendo tranquilamente, aunque a veces salía para comprobar que todo seguía bien, y es que el miedo no desaparece en sólo unos meses.

"Es normal que esto le suceda el primer año a un oso rescatado que intenta hibernar, pero el año que viene ya no sucederá", aclaran desde Wild Animal Sanctuary.

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En el vídeo un poco más abajo podéis saber más sobre la triste historia de la osa Fifi que, por suerte, tuvo un final feliz.

Fuente: TheDodo

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