La mayoría de la gente solo ayudaría a una de estas dos niñas, descubre por qué

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La moda es una tirana. Siempre que elegimos nuestra ropa estamos eligiendo en realidad muchas cosas más. Cómo van a tratarnos los demás, cómo van a percibirnos o cómo nos considerarán. Sin embargo, ni el traje de chaqueta ni las zapatillas desgastadas deberían hablar por nosotros.

Nada de eso parece importar en la sociedad. Todavía hoy podemos ver cómo el aspecto determina quiénes somos para nuestro entorno y lo más triste es que los niños no se libran de estos prejuicios.

Anano tiene 6 años y vive en Tiflis, Georgia.

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Como parte de un experimento llevado a cabo por Unicef, la niña fue vestida primero con ropas que se suponen elegantes. Un buen abrigo, vestido y botitas, la cara lavada y un moño.

Sola, en la calle, esperó a ver qué sucedía. Tanto fuera como en una cafetería, las reacciones fueron las mismas: atención, preocupación, cariño y sonrisas.

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Todavía dentro del experimento y en los mismos lugares, se cambió solo un detalle. A la misma niña de 6 años se le puso otra ropa y se le dio un aspecto más desaliñado.

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Con pantalones, sudadera y un gorro sucios se paseó entre la gente del mismo modo y por los mismos lugares que antes.

Nada debería cambiar, ¿verdad? Puesto que la niña, la ciudad y los sitios son los mismos. Solo cambia su ropa y, sin embargo, todo es distinto.

Unicef quiso mostrar lo que sienten millones de niños en todo el mundo con este sencillo experimento, niños inocentes que viven en situaciones de pobreza o extrema pobreza y en riesgo de exclusión. Aunque más que un riesgo, es un hecho.

Descubre en el vídeo cómo reacciona la gente después de ver a Anano en sus distintas versiones. Solo adelantar que el experimento social tuvo que ser detenido porque Anano empezó a sentirse realmente triste. ¿Qué le pasa al mundo?

Fuente: Unicef España

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