Un hogar para la tortuga marina verde que en realidad es una granja

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Cuando pensamos en un centro de conservación de animales, pensamos que es el lugar más seguro y donde mejor serán atendidos los animales rescatados o que se encuentran en peligro de extinción. Pero en este centro para tortugas marinas verdes de las Islas Caimán, ocurre todo lo contrario. El Cayman Turtle Centre, de cara a la opinión pública, parece un perfecto hogar de tortugas, pero lo cierto es que esconde una realidad mucho menos bonita.

Este lugar tiene una doble cara, ya que se lucra con la visita de turistas, permitiendo a los mismos coger a las tortugas y nadar con ellas; algo que debería estar prohibido en cualquier refugio o centro de conservación. Pero es que además, las tortugas también forman parte del menú, en concreto la tortuga marina verde. Es una especie en peligro de extinción muy recurrente en la cocina típica de las islas Caimán.

Según la organización animalista World Animal Protection, en este centro se promueve el comercio y consumo de este tipo de tortugas, a lo que el centro respondió que ya no vendía la carne de tortuga marina verde para los turistas, sino que la destinaba a consumo local exclusivamente. Algo que el propio gobierno, que también se encarga de la gestión del centro, no ha sancionado.

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Cayman Turtle Centre

Además del problema de utilizar las tortugas para el consumo, en este lugar no todo es tan idílico como pretender aparentar; pues las tortugas se encuentran hacinadas por centenas en tanques de hormigón sin apenas oxigeno ni luz. Algo que no ocurriría si viviesen en libertad, ya que son animales independientes y migratorios, que solo se juntan en mar abierto en el momento del apareamiento.

La mayor atracción para los turistas

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Cayman Turtle Centre

Amontonadas y luchando por sobrevivir

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PlayGround

Esto es lo que se trataba de denunciar desde la organización animalista. Las tortugas se encuentran apiladas unas sobre otras, lo que conlleva a que su comportamiento cambie y se vuelvan agresivas. Se muerden y arañan al tratar de llegar a la superficie del agua para respirar. Algunos ex trabajadores del centro han declarado, además, que "el agua de las piscinas se cambiaba con las tortugas dentro y se tiraban polvos de cloro alrededor de ellas".

Sin duda, unas condiciones pésimas para estos animales y que no deberían permitirse bajo ningún concepto en ningún lugar del mundo.

Fuente: PlayGroundWorld Animal Protection Latinoamérica

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