Este pequeño orangután llamado Udin fue robado de los brazos de su madre para ser vendido como mascota. Para cuando los voluntarios pudieron rescatarle, su sufrimiento había sido tal, que ni su cuerpo ni su mente respondían y parecía que sólo quería dejarse llevar. Exhausto y agotado, sus posibilidades de supervivencia eran realmente bajas. Sin embargo, el equipo de voluntarios que lo rescató nunca se rindió con él, ni perdieron la esperanza de que saliese adelante. Después de un duro trabajo, consiguieron que Udin recuperase las ganas de vivir, y pudiera alimentarse y descansar dejando atrás todo el sufrimiento que había padecido. Aunque aún queda mucho recorrido para él, ha pasado lo peor y tiene a su lado un equipo de gente que no le va a abandonar ni a renunciar ayudarle.
Para que esta gente pueda desarrollar su trabajo ayudando a Udin y otros orangutanes como él, también necesitan tu ayuda, por lo que, si quieres y puedes, te piden que realices una donación. Tu bolsillo no lo notará, pero para ellos puede ser de gran ayuda.
Fuente: International Animal Rescue IAR
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