Aunque la medicina veterinaria ha avanzado muchísimo en las últimas décadas, aún hay muchas enfermedades sin cura que afectan a nuestras mascotas. Por ello, cuando se trata de problemas que provocan un sufrimiento extremo y que llevan al animal a una muerte segura, lenta y dolorosa, muchos familiares toma la difícil decisión de proporcionarle a sus mejores amigos un final tranquilo y digno.
Este terrible paso fue el que decidieron dar Al y Joelle Meteney cuando vieron que ningún veterinario era capaz de determinar lo que le pasaba a su perro Ollie, ni cómo tratarlo.
Al volver a casa después de pasar unos días de acampada, Ollie empezó a mostrar signos de letargo y falta de reflejos. Al y Joelle lo llevaron al veterinario enseguida, pero las pruebas no fueron capaces de determinar qué le ocurría. A los pocos días, el perro se encontraba completamente paralizado, no podía comer ni hacer sus necesidades.

Angustiados y ante la estupefacción de los veterinarios que evaluaron a Ollie, decidieron que, sin tratamiento, lo mejor para él era acabar cuanto antes con su sufrimiento.
Cuando los Meteney llevaron a su perro al hospital para ponerle la inyección, la ayudante del veterinario Neena Golden empezó a rascar al perro tras sus orejas para ayudarle a estar más tranquilo. Fue entonces cuando todo cambió. Neena notó un bulto tras la oreja de Ollie y al mirar, vio que tenía una garrapata enorme. De pronto, todas las piezas empezaron a encajar.
El Dr. Stone recordó que existe un caso muy raro de parálisis que es provocado por la picadura de las garrapatas. Hay poquísimos casos registrados sobre esta condición porque, para que se de, la unión de la garrapata y el perro debe ser muy prolongada. Lo que ocurre es que al estar mucho tiempo enganchado, el insecto libera una neurotoxina que pasa al torrente sanguíneo del perro provocándole una parálisis total.

El tratamiento es tan sencillo como eliminar la garrapata de la piel del perro y dejar que poco a poco el organismo se depure. En cuestión de horas o pocos días el animal se recupera por completo. Y así fue como pasó.
Retiraron la garrapata y afeitaron a Ollie para cerciorarse de que no tenía más por el resto del cuerpo. Al y Joelle no podían creer la suerte que habían tenido de descubrir lo que realmente le pasaba a su mascota, y a los pocos días pudieron volver a disfrutar de su cariño y de su compañía como antes.

Es importante aclarar que los Meteney siempre han tomado precauciones para evitar que Ollie fuese atacado por garrapatas u otros insectos, pero como muchos sabréis, los collares o pipetas no son infalibles y es importante que inspeccionemos a nuestras mascotas de vez en cuando para comprobar que no tienen huéspedes indeseados.
Ahora que Ollie se ha recuperado, Al y Joelle tienen más cuidado que nunca, y están listos para volver a vivir decenas de aventuras juntos.
Fuente: The Dodo
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