"Esto es agua" el discurso del famoso escritor de David Foster que te cambiará por dentro
La vida diaria puede ser muy dura para cualquiera de nosotros. El día a día, la rutina, el hacer siempre las mismas cosas de la misma manera provoca en nuestra mente y nuestro organismo unas respuestas prefijadas que se activan automáticamente en diversas situaciones.
A veces esas respuestas no tienen porqué ser necesariamente las más adecuadas o las más beneficiosas, pero si son las más fáciles, ya que requieren de muy poco esfuerzo de nuestra parte el llevarlas acabo. Están ahí saltan y ya está, es una cosa menos en la que pensar.
Estos automatismos, unidos a la tendencia a creernos el centro del mundo, son los responsables, en muchas ocasiones, de que nos enfademos por tonterías, que nos sintamos desgraciados o que nos comportemos de formas que normalmente no son propias de nuestra personalidad.
David Foster Wallace es el autor del siguiente discurso, titulado "Esto es agua". Fue recitado por él mismo para los alumnos que se graduaban en 2005 En el Kenyon College. En este inspirador monólogo Wallace afronta estos automatismo aprendidos y cómo se interponen en nuestro camino a la felicidad.
Porque si amigos/as la meta de todo ser humano en esta vida es ser feliz, solo que la mayoría pensamos que este fin llega solo en algún momento de nuestras vidas por arte de magia.
Nada más lejos de la realidad, el ser feliz es un proceso que requiere un esfuerzo, una forma de ver la vida alejada de las respuestas automáticas y de considerar a las demás personas como seres que también buscan la felicidad y que no están exentos de problemas.
Esta forma de pensar puede requerir más esfuerzo y no siempre puede ser llevada a cabo, pero a la larga, nos acercará un poquito más a la anhelada felicidad.
Sin duda, cuando escuches la siguiente exposición , algo cambiará en vuestra forma de ver la vida. Solo pensad un poco en el mensaje y como podemos aplicarlo es nuestro día a día. Una simple sonrisa o un gesto de amabilidad hacía otra persona puede alegrarle un duro día o por lo menos, no añadir más carga a su situación.
Fuente: El Camino Medio