No hay nada como empeñarse en algo. Nos gusta cualquier cosa y no paramos hasta que lo conseguimos, nos cueste lo que nos cueste. Lo que despierte nuestro interés puede ser cualquier cosa, y además puede ocurrirle a cualquiera, pero tener perseverancia es la clave para conseguir nuestros objetivos.
Lo mismo a humanos que a animales, sobre obsesiones y gustos no hay nada escrito. A este perro, por ejemplo, le ha robado el corazón una rama de árbol. Es tal su empeño que no hay nada que podamos hacer para arrebatarle su idea.
Le gusta tanto su rama elegida que el can no se lo piensa ni dos veces para lanzarse a por ella. Pase lo que pase, cueste lo que cueste, él quiere conseguir su objetivo.
El hecho gracioso es que no hay nada que hacer para impedir que la consiga, solo el árbol puede hacerle desistir de su objetivo. Está claro que cuando nos obcecamos con algo ponemos todo nuestro empeño, aunque no siempre lo logremos. Dicen que lo importante es intentarlo, ¿no? Pues este perro lo hace:
Fuente: KC DC


Deja una respuesta