
Parece increíble que un trabajo así pudiera existir pero, al parecer, es así. Aunque dudamos que sólo se dedique a abrazar a estos peluches vivientes, suponemos que también se encargará de alimentarlos y asearlos.
En el refugio y Centro de Protección e Investigación del Panda Gigante, China, esto es algo normal. Ser cuidador de bebés panda forma parte de la rutina diaria. No podemos concebir un trabajo más adorable y gratificante.
Fuentes informaron para el diario China Daily que la misión de la persona en cuestión era «invertir los 365 días del año con los pandas compartiendo sus alegrías y tristezas».
¿Se puede pedir más?
Fuente: BoredPanda
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