No solo a los humanos les cuesta madrugar y despegarse de las sábanas. Algunas mascotas se han mimetizado y adoptado tan bien las costumbres de las personas con las que viven, que no parecen animales.
Este husky demora la hora de levantarse todo lo que puede. Y no pasaría nada si no fuera porque tampoco deja que se despierte su humano favorito.
La madre del joven intenta retirarle la manta a ver si de esta manera consigue quitar al perro de la cama.
Pero, cada vez que lo hace, ocurre algo tronchante y tan humano que asusta.
Fuente: Kyoto Animals
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