Para que luego digan que los gatos no son cariñosos… En casa de Josh Bouz viven un perro y un gato que se han convertido en amigos inseparables.
Durante 10 días, Bow-Z tuvo que estar fuera de casa y su amigo gatuno, Jasper, le echó muchísimo de menos. Por eso, cuando volvió a casa recibió esta calurosa bienvenida por parte de su compañero: el gato no para de abrazarle mientras el perro espera pacientemente y con cara de circunstancia.
¿El resultado? Un gato actuando como un perro y un perro actuando como un gato, ¡adorables!
Deja una respuesta