Este corto celebra el Día de los Muertos y demuestra cómo se puede convertir la pena en alegría
Cuando perdemos a alguien es siempre una tragedia. Pero no todo se lo lleva la muerte, nos queda siempre la esencia de las personas que se marchan. Su recuerdo en nuestra memoria y su dichos y enseñanzas o costumbres. Tradicionalmente en México pero también en otros lugares se celebra el día 1 de noviembre como el día de los difuntos.
Según la tradición, durante ese día los dos mundos -el de los vivos y el de los muertos- se hacen más permeables. Es más fácil comunicarse, sentirse y hasta entenderse, porque todos hemos perdido a alguien.
Este bonito cortometraje refleja de manera optimista la tristeza que supone perder a alguien y lo bonito que es mantenerlo con vida gracias a nuestra memoria.
La muerte conlleva una pena enorme pero, como nos enseña esta mini película, no todo es oscuridad y tristeza. Celebrar la vida con nuestros muertos es también parte de la misma. Es como la luz, que no existe sin la oscuridad. Por eso adornos, pinturas y flores son tan comunes en las calaveras. E incluso la música y el baile, es una forma de disfrazar la pena y alegrar la tristeza.
Un corto que muestra las costumbres que de una forma u otra se extienden por el mundo entre finales de octubre y principios de noviembre. En estas fechas, los parientes muertos visitan a sus familiares.
Honrar a los muertos es una forma también de recordarnos lo importante que es lo que hacemos en vida. La esencia de sus espíritus están presentes y por ello el olor de las frutas, la música y la luz, recuerdan los momentos vividos en la tierra y en la vida en sí misma.
Te invitamos a ver esta bonita historia y a celebrar con ella el recuerdo de quienes ya no están.
Fuente: Film School Shorts