Lillian Weber, a sus 99 años, hace cada día un pequeño vestido a mano. El objetivo: llegar a hacer 1000 vestidos para enviarlos a niñas de África que no tienen la suerte de poder vestirse como es debido. La iniciativa de esta veterana costurera no ha pasado desapercibida y ha despertado la admiración de todo el mundo que conoce su historia.
En los últimos dos años ha manufacturado más de 800 vestidos y, aunque todos tienen el mismo patrón, a todos les añade algún detalle personalizado para que la niña que lo reciba lo sienta como propio y especial. Su rutina comienza por la mañana, se da un descanso para comer y finaliza el vestido por la tarde.
Desde aquí queremos compartir la historia de Lillian para que la gente la conozca y ayude a dar esperanza y sacudir conciencias. Todos podemos hacer más de lo que hacemos.
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