Pug o carlino, la raza a la que hemos arruinado la vida
Por desgracia, las modificaciones de razas de perro son un claro ejemplo de cómo el hombre perjudica a los animales. En esta línea, una de las razas más afectadas por él es el pug o carlino.
Al igual que los bulldog, los pug o carlinos están condenados a una vida de problemas respiratorios y de salud debido al capricho humano. Alguien decidió un día que estos perros se verían mejor si poseyeran una nariz más pequeña. Siglos de cruces lograron achatar el hocico hasta casi hacerlo desaparecer.
La evolución tiene sus normas. Si prestamos atención a la naturaleza observamos que cada detalle tiene una explicación lógica y efectiva. Cada uno responde a un bien mayor. Sin embargo hay veces en las que el ser humano interviene de forma negativa en esta naturaleza de la que forma parte.
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EL pug tiene los huesos comprimidos
Los huesos de la cara en el pug o carlino se han comprimido. En cambio, el tejido que los rodea,no se ha comprimido. Este hecho provoca que se tapone el flujo de aire, obligando a otros músculos a trabajar más intensamente para que pueda respirar.
A lo largo de su vida los mecanismos anatómicos que compensan la hiperactividad en los músculos faciales del perro pueden fallar. Entonces da lugar a crisis respiratorias.
Este hecho es algo horrible, sobre todo si pensamos en por qué todos los cánidos poseen un hocico largo. La respuesta corta es porque el hocico es evolutivamente mejor. Es decir, les permite rastrear, oler, comer y masticar con más facilidad que si fuera plano.
Falta de espacio para los dientes
Los perros con el hocico plano, como el pug o carlino, no tienen espacio en la mandíbula para los dientes. Suelen tener problemas de mordida y dentición, además de un mayor riesgo de sufrir periodontitis.
Accidentes oculares
Tampoco tienen espacio suficiente para encajar los globos oculares. Por eso los ojos del carlino o pug resultan anormalmente grandes y saltones. Al quedar tan cerca de la nariz, carecen de la protección que el hocico largo proporciona. Entonces cuando olisquean el terreno y suelen sufrir muchos más accidentes oculares.
Mala respiración
Aunque lo peor de todo es su respiración. La nariz del pug o carlino es apretada, su traquea corta y su paladar largo. En su conjunto, dificulta que pueda respirar con normalidad. Esto impide que se termorregulen correctamente y puede dar lugar hipertermia, desmayos, golpes de calor, problemas digestivos y apnea del sueño.
Esperanza de vida corta
Problemas de salud que obligan al pug a llevar una vida sedentaria y fatigosa. Todo ello conlleva a una esperanza de vida corta. Un rasgo que comparte el pug con otras razas braquiocefálicas. Razas que tienen el hocico corto como: el bulldog inglés, el bulldog francés, el bóxer, los boston terrier, el pekinés y el shih-tzu.
Culpables del sufrimiento del carlino
Somos los culpables directos de una vida de sufrimiento. Sufrimiento sólo motivado por la vanidad humana de poseer un perro con estas características.
En resumen, la domesticación y los cruces por pedigrí están acabando con la salud de nuestros perros. La diversidad genética podría salvar a sus descendientes. Solo debemos cruzarlos libremente y todo volverá a su equilibrio. ¿Seremos capaces, o nuestro egoísmo continuará destruyendo su salud por tiempo indefinido?
Fuente: La Voz del Muro