Es el "mayor imbécil del mundo", pero con un gesto se convierte en un héroe y salva varias vidas

Imagina al mayor idiota de todos los tiempos. Maleducado, para nada amante de los animales o la naturaleza. Un hombre que incluso odia a los niños. Que no respeta las normas y que no le interesa ser solidario con las personas necesitadas o los ancianos. Que va arroyando con el coche, que usa el baño de mujeres o que roba la colada de otros.

Desafortunadamente, el mayor idiota del mundo puede ser tu vecino o el dependiente del supermercado. Pero alguien tan detestable como él puede convertirse en un héroe y salvar una o varias vidas.

Imagina que al mayor idiota del mundo tiene un accidente, se le colapsa el sistema nervioso o de pronto deja de respirar.

Como a cualquiera, por muy imbécil que sea, se lo llevan al hospital. Y, a pesar de todas las idioteces de su vida, de todos los fallos y actos despreciables, el idiota este hizo una cosa bien. Darse de alta como donante de órganos.

Y gracias a este gesto que bien podría ir implícito en todos, seamos maleducados, amables o tontos de remate, hasta el mas idiota puede salvar una vida. Y dos, o tres o más.

Gracias a este gesto desinteresado alguien podrá caminar, otro alguien podrá respirar sin dificultad, ver, correr o trabajar. Cosas diarias que para muchos dependen del gesto que hasta el mas imbécil puede y hace: ser donante.

Y es que hay una forma de ser buena persona, de dejar de ser un imbécil. De que alguien nos lleve flores, nos esté eternamente agradecidos. De hacer algo bien aunque sea en el final de la vida.

Fuente: Sarah Waitress