Después de una vida enjaulada, esta perrita siente la libertad por primera vez
A la hora de hacer algo nuevo es siempre inevitable un poco de miedo. Más todavía si se hace después de haber estado toda tu vida encerrado en una jaula. Este hecho horrible fue lo que le sucedió a este perro, que después de ser rescatado pudo por fin empezar a vivir.
En Polonia, el equipo de rescate de animales OTOZ Animals salvó a una perra llamada Liszka después de que se viera obligada a vivir en una jaula, durmiendo entre sus propias heces, sin comida ni agua. La tortura y crueldad a la que fue sometida hicieron que perdiera la capacidad de andar y correr hasta después de ser rescatada.
El rabo entre las piernas, la posición encorvada y las mil vueltas que daba indicaban que la primera vez que vio la hierba sintió miedo, impresión y mucha ansiedad. También se le veía alegre, dando piruetas y corriendo de un lado a otro. Era un cúmulo de emociones.
Qué sensación tan maravillosa cuando sentimos la libertad. Liszka ya no tiene miedo de la gente, camina y corre sin ningún reparo y tiene un nuevo hogar donde está bien y llena de cariño. La valiente perrita está recuperandose cada día más.
La hierba bajo sus patas y poder correr cuanto quisiera debió ser genial para ella. Gracias a las muchas organizaciones y equipos de rescate se consigue salvar la vida de seres vivos que han padecido lo indescriptible.
Liszka es uno de estos animales que, por suerte, consiguen evitar un final horrible por culpa de algunos humanos sin corazón.
Aquí tienes el vídeo de uno de los momentos en los que Liszka se sentía libre por primerza vez, para que veas con tus propios ojos lo importante que es la labor de estas organizaciones.
Recuerda que puedes ayudar a OTOZ Animals haciendo click aquí o difundiendo su trabajo.
Fuente: BORINGGG