Ya sabemos de todo lo que son capaces de hacer los niños y de que les encanta jugar con todo lo que no se puede jugar y de la manera más inoportuna.
La sorpresa de esta madre al encontrarte toda la casa llena de harina esparcida por el suelo, muebles, paredes y demás cosas, tuvo que ser mayúscula.
Muchas veces no te queda otra que coger la cámara y ponerte a grabar para, por lo menos, cuando se te pase el disgusto, reírte un rato de las ocurrencias de esos pequeños demonios que tienes por hijos y que, a pesar de todo, adoras.
Deja una respuesta