Se podría pensar que la infección de parásitos humanos solo afecta a los países más pobres, donde la higiene y el acceso a los medicamentos son deficientes. Pero, la infección con varios tipos de parásitos o gusanos intestinales puede afectar a cualquiera. Se estima que hasta el 80% de la población del planeta está infestada con un tipo de parásito intestinal que puede causar síntomas muy fuertes o casi imperceptibles.
Indice del artículo
¿Qué es un parásito intestinal?
La característica definitoria de un parásito es que se alimenta y vive en otro organismo. Sorprendentemente, hay situaciones en las que una infección parasitaria permanece sin ser detectada. En muchos casos, un parásito puede vivir en el cuerpo humano sin causar síntomas, y en otros casos, las personas que están constantemente enfermas no son conscientes de que la fuente del problema puede ser un parásito intestinal.
Las infecciones parasitarias más comunes son causadas por: lombrices de tierra, lombrices intestinales, tenias, toxocara, trichinella o giardia. Cada uno actúa de manera diferente en el cuerpo humano, por esta razón los síntomas varían de un tipo de parásito a otro. Algunos se alimentan directamente de los nutrientes en los alimentos que consume, lo que provoca desnutrición y pérdida de peso. Otros tipos de parásitos ponen huevos en el sistema digestivo causando eccema en la piel, picazón, irritabilidad e incluso insomnio.
¿Cómo se adquieren los parásitos intestinales?
- El contacto con el suelo mojado o barro, el entorno perfecto para el desarrollo de gusanos que pueden entrar en el cuerpo humano
- Prácticas de higiene deficiente
- Agua contaminada
- El consumo de verduras y frutas sin lavar infestado o cocinada de forma incorrecta
- Comer carne contaminada, especialmente de cerdo que puede infectarse con trichinella
- Contacto con animales con garrapatas o gusanos intestinales
- Contacto con otras personas infectadas
Síntomas de infección parasitaria:
- A menudo experimenta estreñimiento, diarrea o síndrome del intestino irritable
- Estuvo de vacaciones recientemente y tuvo problemas digestivos durante su estadía
- Tuvo una intoxicación alimentaria y su cuerpo aún no se ha recuperado
- Tiene trastornos del sueño, se queda dormido con dificultad o se despierta con frecuencia durante la noche
- Tiene irritaciones en la piel o erupciones cutáneas inexplicables, urticaria, rosácea o eccema
- Tiene bruxismo (crujir de dientes durante el sueño)
- Tiene dolor muscular o articular
- Tiene dolor un estado constante de agotamiento, depresión o apatía
- Carece de sensación de saciedad, incluso después de comer mucho
- Tiene anemia o deficiencia de hierro
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