Cómo hacer un Roscón de Reyes en 6 simples pasos

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El Roscón de Reyes es la delicia que nos indica el final de la etapa de las Fiestas. Empezamos allá por la Navidad, seguimos con las uvas de Año Nuevo y cerramos la etapa más festiva del calendario con la llegada de los Reyes Magos, que a los más grandes no nos dejan regalos pero sí un roscón irresistible.

Para dos roscones de ocho porciones vamos a necesitar:

Para la esponja inicial

Leche semidesnatada sin lactosa, 75 ml

Levadura fresca de panadería, 15 g

Sirope de ágave, 1 cucharada

Harina de fuerza, 150 g

Para la masa del roscón de Reyes casero debes conseguir:

Leche semidesnatada sin lactosa, 100 ml

Levadura fresca de panadería, 25 g

Sirope de ágave, 75 g

Harina de fuerza, 500 g

Mantequilla

Huevos grandes, 2

Sal, 10 g

Naranja, 1 (solo la ralladura)

Limón, 1 (solo la ralladura)

Huevo medios, 1 (para pintar)

Para decorar el roscón de Reyes

Almendra laminada

Naranjas confitadas

Azúcar humedecido (opcional)

Paso 1

Primero hay que hacer la esponja. Disolvemos el sirope de ágave y la levadura en la leche templada. Esa mezcla la echaremos sobre la harina. Mezclamos y amasamos hasta formar una bola.

Luego, sumergimos la bola en agua templada. Tras esperar entre 15 a 20 minutos, veremos que la bola flotará en el agua.

Paso 2

Para preparar la masa, hay que colocar la harina en un bowl grande y seco. La sal a un lado, la levadura desmenuzada en el opuesto otro y en el centro la leche, la mantequilla a temperatura, los huevos grandes, el sirope de ágave, la ralladura de los cítricos y la esponja.

Con todos estos ingredientes listos, mezclaremos bien y amasaremos hasta conseguir una masa completamente lisa. Lo recomendable es utilizar una batidora eléctrica o un robot de cocina. Esta masa es húmeda y pegajosa al principio. Por eso, si uno se arriesga a batirla manualmente, puede arruinarla al echarle harina de más.

Paso 3

Una vez conseguida la masa, formamos una bola y la dejamos descansar, tapada adentro de un bowl, reposando en sitio cálido y sin corrientes. Otra posibilidad es dejar fermentar la masa lentamente toda la noche en la nevera y sacarla una hora antes de continuar con el proceso.

Paso 4

Cuando la bola  haya duplicado su volumen, (de dos a tres horas de espera) la dividimos en dos trozos iguales. Colocamos cada uno en una bandeja forrada con papel de horno y les damos forma de roscón, con un agujero bien grande en el centro y aplastando la masa. Un pequeño truco es colocar en el centro un aro metálico forrado con papel de horno. Así, lograremos conseguir una forma de roscón perfecta.

Tapamos de nuevo y dejamos reposar hasta que duplique de nuevo el volumen. Esta espera nos llevará nuevamente entre dos y tres horas.

Paso 5

Precalentar el horno a 200 ºC, calor arriba y abajo. Pintamos el roscón de Reyes con huevo batido y lo decoramos con la almendra laminada y/o en granillo, o coco rallado y algunos trozos de naranja confitada (o con azúcar humedecido y frutas escarchadas o lo que quieran que el roscón lleve).

Hornear 15 minutos a 200ºC y 10 minutos más bajando la temperatura a 170ºC. Cuando esté listo, sacar el roscón del horno y dejarlo enfriar sobre una rejilla.

Paso 6

Podemos servir el roscón solo o rellenarlo de crema pastelera, nata montada, o crema de yema.

Por qué comemos roscón de Reyes

No está claro cuál es el origen del roscón. Históricamente se lo relacionó con las saturnales romanas. En estas festividades habías banquetes públicos y la gente intercambiaba dulces para celebrar.

La idea de esta celebración era que los romanos pudieran celebrar los días más largos que empezaban a llegar. Por eso esta celebración se realizaba a finales de diciembre.  

El plato que no faltaba nunca en estos banquetes eran unas tortas redondas con higos, dátiles y miel. Todos las comían por igual, no importante la clase social.

En el siglo III, en el interior del dulce comenzó a introducirse un haba seca. La tradición indicaba que el afortunado que recibía la porción con la haba era nombrado rey de reyes durante un corto periodo de tiempo establecido de antemano.

Otros estudiosos, en cambio, ligan al roscón de Reyes a una representación complementaria y comestible de la corona de adviento. Pero esta versión tiene un punto débil: la tradición de la corona de adviento llegó a España mucho después.

Con el paso de los años, la tradición de esta receta se fue manteniendo con algunas pequeñas variaciones en las diferentes regiones a las que fue llegando.

Y gracias a la consolidación del catolicismo en el hemisferio occidental, su consumo se fue retrasando hasta quedar asociado al 6 de enero, con la llegada de los Reyes Magos. 

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