Así es cómo los animales pueden ayudarnos a superar la pérdida de un ser querido

Tomar la decisión de tener mascotas es importante por la responsabilidad que acarrea, pero si estamos seguros de ello, no dudéis que tendréis la mayor recompensa del mundo: un cariño incondicional.

Resulta curioso como los animales son capaces de querernos bajo cualquier circunstancia, y además servirnos como apoyo en algunos de los momentos más difíciles de nuestra vida. Así nos lo cuenta Jill Layton, quien encontró en su perra Riley un pilar fundamental para superar una gran pérdida.

La madre de Jill falleció repentinamente dejando un dolor emocional a su hija, quien se veía incapaz de superarlo. "En ese momento, yo no creía que mi corazón iba a curarse jamás, porque mientras sentía ese dolor profundo, casi insoportable, el optimismo no estaba en mi lista de tareas pendientes" nos cuenta la propia Jill Layton.

Nuestra protagonista decidió acudir a un terapeuta para que la ayudara en el proceso por el que estaba pasando. Tras unas cuantas sesiones, la profesional la animó a adoptar a un perro. Jill, que siempre ha sido una amante de los animales, no se lo pensó dos veces.

Pasaron unos meses después de la muerte de su madre, cuando Jill decidió adoptar a Riley. Sabía que esto iba a suponer un cambio en su vida, pero no tanto.

Adoptó a un caniche que pesaba casi los 6 kg y tenía un 1 año de edad. "De repente era responsable de otro ser vivo; ella confiaba en mí para todo, comer, dormir, para recibir afecto, jugar, etc. Ella se apoyó en mí, y yo me apoyé en ella."

Cuando Jill conoció a su nueva amiga, la vio en un rincón amamantando a sus tres cachorros, la organización de rescate Jimi's Angels cree que la perra tenía un hogar hasta que dio a luz, ahí fue cuando abandonaron a ella y sus tres cachorros en una caja de cartón.

Jill sintió una conexión especial e instantánea con Ridley: "las dos estábamos tristes por razones que estaban fuera de nuestro control."

Para Jill la llegada de su amiga fue importante por muchos motivos, pero sobre todo porque, aunque el duelo de la madre no se detuvo, Ridley la ayudó a reconstruir todo lo que estaba a su alrededor.

"Riley me enseñó a invertir de nuevo en el amor, sin temor a perderlo". En uno de los paseos que ambas hacían a diario, Riley la llevó hasta un lugar en el que Jill conocería a alguien, que más tarde pasaría a ser la persona con la que compartiría su vida.

"La pérdida de un padre o una madre es un trance muy duro por el que todos tenemos que pasar tarde o temprano. Cuando ese día llegue, espero que estés rodeado del amor y el apoyo que necesitas." Aunque un perro no es la suplencia de nada, ni pretende serlo, sí que es un complemento que llega a tu vida sólo con cosas buenas.

Fuente: thedodo