Todo está tranquilo hasta que aparece el ladrón más ágil de todos los tiempos

Cuando el hambre aprieta, nos cambia el carácter. Somos algo peores, más irritables y, a veces, hasta más agresivos. Se pasa mal si no la puedes saciar y piensas en mil y una opciones posibles para poder comer. Se te agudiza el ingenio. 

Eso debió pasarle a este perro que, solo en casa y con hambre, se las apañó a la perfección para conseguir un tentempié.

Ser tan ágil ayuda, porque a ver qué hubiéramos hecho el resto de los mortales sin la elasticidad de este animal. Seguro que  algo habríamos inventado ya que, cuando hay necesidad, no hay nada que se resista. No importa si tenemos que robar comida, si acabamos con las existencias de toda la casa o si luego nos cae un castigo monumental. Lo que importa es el momento, saciar el hambre feroz. 

A juzgar por el vídeo, o debía estar más que hambriento o este perro es un auténtico tragaldabas, porque no le basta una sola vez. Ya que se pone y que corre el riesgo de ser descubierto, hace bien, de perdidos al río.

Dejarse llevar o actuar con hambre es un hecho peligroso, lo mismo que entrar a un supermercado sin haber comido primero. Se toman decisiones en mitad de la tormenta, y solo cuando llega la calma, nos damos cuenta del desastre.

Intenta mantener tu boca cerrada mientras ves a este ladronzuelo en acción. ¡Te aseguro que no has visto nada parecido!

Fuente: America's Funniest Home Videos