Una fuerte amistad verdadera desde el nacimiento

En 2007, Adderly estaba a punto de dar a luz cuando su hermana le dijo que pensaba adoptar pronto a un cachorro de labrador. Sin embargo, la respuesta de su hermana no fue la que esperaba, ya que esta no quería tener un perro en la misma casa en la que estuviera el futuro bebé.

La hermana hizo caso omiso y finalmente acabó acogiendo al animal, que nació con un mes de diferencia de su sobrina. A pesar del enfado inicial de Adderly, pronto todos se darían cuenta de lo especial que comenzó a ser la relación entre la niña y el perro.

Durante estos 10 años han crecido juntos, han sabido entenderse a la perfección y han creado una fuerte amistad verdadera. Como podemos ver en las siguientes imágenes, se han ido convirtiendo en uña y carne con el paso de estos años. Sin duda, la mejor decisión que pudieron tomar las hermanas.

Obviamente, los años no pasen en balde para nadie, y menos aún para los animales, a quienes los estragos y signos de la edad se les van acentuando incluso mucho más que a los humanos. Este mismo año, al labrador le diagnosticaron varios tumores que consiguieron extirparle sin consecuencias negativas. No obstante, la recuperación tras las varias operaciones a las que fue sometido, ha sido larga y algo dura para el animal, por lo que su incondicional amiga no ha querido separarse de él ni un instante.

Esta historia nos demuestra una vez más, lo estrecha que puede llegar a ser la relación entre los perros y sus dueños, más aún cuando esta comienza a forjarse desde la niñez. Cuanto nos queda por aprender de los animales y de la fidelidad y lealtad que tantos les caracteriza.

Fuente: Bored Panda